San Juan de Luz - Donibane Lohizune
 
Gran Hotel y Casino La Pergola
       Si lo que buscas es tranquilidad, un día agradable en familia o en pareja sin complicaciones ni desórdenes, San Juan de Luz es la ciudad ideal. Situada en Lapurdi, sureste de Francia, la ciudad se asienta ante una bahía en forma de media luna y durante el siglo XVII fue base de los corsarios vascos, mostrando una imagen pesquera e histórica junto con un toque turístico, tinte que ha cobrado en la actualidad.
       Para llegar allí desde Bilbao bien puede uno coger el coche, haciendo un trayecto de algo menos de dos horas de viaje. Si el coche no es una opción a contemplar, hay alternativas varias. Existen autobuses que pueden acercar a uno a Donosti o a Hendaya, desde donde fácilmente se puede tomar un autobús que nos acerque a la ciudad. Se recomienda, en este caso, tomar el autobús de PESA destino Hendaya, ya que una vez estemos en Francia las conexiones con Donibane son mucho más frecuentes, pudiendo o bien tomar un autobús o bien un topo. Esta segunda opción es la preferible, pues la estación de buses se encuentra junto a la de trenes y topos, por lo que dificilmente puede uno perderse.
       Para hospedarnos, si servidor no dispone de más de 70€ y desea estar allí del 21 al 22 de enero, recomiendo el Hotel Arena, el cual se encuentra cerca de la playa y dispone de WiFi así como de desayuno y aparcamiento, todos ellos gratuitos. Además, los comentarios de los que anteriormente se han hospedado allí son muy positivos. Otros hoteles disponibles con características similares son el Hotel Le Relais Saint-Jacques, un tanto más elegante, y el Hotel Donibane, muy euskaldun. Ahora bien, si te interesan estos últimos, corre, ¡apenas quedan habitaciones libres!
Iglesia de San Juan Bautista
       Para comer, teniendo en cuenta que partimos de un bolsillo moderado, las propuestas ofertadas son Chez Mattin, de comida local, Le Pub du Corsaire, para un ambiente más familiar, Bodega Koko, que dispone de un menú vegetariano por si nuestro viajero es amante de los animales, o la Cidrerie Luzienne, para aquél que quiera disfrutar de un ambiente nativo.
       Pero no todo es dormir y comer. Habrá que visitar la ciudad, ¿cierto? Para aquél que disfrute del sol y la arena, la playa es uno de los principales atractivos turísticos del lugar. Sus aguas azules se mezclan con una arena suave y blanca que queda coronada con un paseo de lo más elegante. En el paseo mismo podemos hallar el Gran Hotel y el casino La Pergola, un edificio edificado en 1909 con un estilo neo-románico. Los amantes de la arquitectura disfrutarán de su fachada e interior y si desean visitar algo más antiguo la Iglesia de San Juan Bautista es un punto de visita obligatorio. Se trata, pues, del edificio más emblemático de la ciudad, construido entre los siglos XV y XVII, y el cual presenció las nupcias de Luis XIV de Francia con la infanta María Teresa, allá en el año 1660. La iglesia se encuentra en la Calle Gambetta, donde el viajero podrá visitar cientos de tiendas locales destinadas a la venta de dulces y chocolates o de lo que se conoce como linge basque, un tejido tradicional vasco que juega con coloridos estampados a rayas. 
El Mercado
       Pero, si no eres del tipo de persona que le gusta seguir un mapa y unas órdenes estrictas, mi recomendación es perderte ¡Pierdete en Donibane! Deja que sus antiguas calles te guíen por sí solas al puerto, a la playa o a la azoka, que dispone de todo tipo de productos locales como quesos, panes, pescados, etc. todos ellos naturales y deliciosos. Este mercado estará abierto para tí cualquier día de 7 a.m. hasta el medidodía. Disfrutarás allí conversando con las gentes del lugar que te recomendarán visitar tantas zonas que te perderás aún más en esta pintoresca ciudad.

Espero verte pronto por allí,
Au revoir! 

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